O qué necesitas saber para conquistar tu público
Para tener un buen negocio se necesita saber dos
cosas: en qué eres bueno (campo de especialización) y conocer a tu público objetivo.
El libro de Arellanos Marketing desarrolla seis
estilos de vida en el que clasifica al habitante limeño. En base a esto podemos
deducir cuáles son sus criterios de consumo.
Los
Sofisticados:
Clase A y B,
pudiente, con gusto por la moda, cosmopolita, cuida mucho su apariencia
personal. En cuanto al plano
alimentario, busca una «calidad superior y experiencia satisfactoria». Vemos
entonces, que este grupo no basa sus decisiones en el precio, sino en la
calidad de los insumos, de la presentación y en la buena atención. Además este
grupo, al cuidar mucho su físico, tiene una tendencia a consumir productos
“light”.
Los
Progresistas:
Son obreros y empresarios emprendedores (como nosotros). Estudian
carreras cortas y buscan producir lo
más pronto posible. Su filosofía es utilitarista. Pueden pagar un precio
relativamente alto, siempre y cuando el producto que ellos compren valga la pena. Tiene una rutina muy
ajetreada y agotadora, así que valoran el servicio rápido y la abundancia.
Las Modernas:
Son mujeres
que buscan su desarrollo más allá del rol maternal. Trabajan, estudian, se
preocupan por su aspecto físico. Les gusta ir de compras y tiene debilidad por
la ropa de marca. Entonces, en lo que
se refiere a su alimentación, prefieren comida sana, saludable y bebidas “light”.
Los Adaptados:
O los
tradicionales. Ese grupo lo conforma la clase C. Oficinistas, profesores,
funcionarios. Tienen un trabajo estable, y valoran la comodidad. Puesto que se
orientan hacia un estilo de vida más familiar, los locales más amplios funcionan
mejor.
Las
Conservadoras:
Mujeres
tradicionales. Gustan de la vida hogareña y piensan ante todo en sus hijos.
Prefirieren la sensación de abundancia sobre la calidad o el precio. Buscan
siempre las promociones con descuentos o la popular yapa. Prefiere los ambientes de corte familiar.
Los Austeros:
O los
resignados. Son personas de bajos recursos económicos, reacios a los cambios, y
rigen sus elecciones por el precio. Buscan lo más rentable, económicamente
hablando. Otro punto importante es que suele ser cliente fijo, ya que son
tradicionales en su consumo.
Identificar a
qué tipo (o tipos) pertenece nuestro cliente nos ayudará a ofrecerle algo que
esté dispuesto a consumir.